Estilográficas Alemanas
Fiabilidad, precisión, solidez o excelencia, son algunas de las cualidades que nos vienen a la mente cuando pensamos en productos manufacturados en Alemania, y cabe afirmar que, como era de suponer, el sector de las plumas estilográficas no constituye una excepción a esta norma.
Nos hallamos ante un país que cuenta con una enorme tradición en la fabricación de instrumentos de escritura, con marcas de reconocido prestigio como Faber-Castell, cuyos orígenes se remontan a 1761; Pelikan, creada por el químico Carl Hornemann en 1838; Kaweco, que comenzó su andadura en Heidelberg en 1883; o las menos veteranas Waldmann (1918) y Lamy (1930), de más reciente creación pero con una amplia experiencia a sus espaldas que las acerca al siglo de vida. Casas todas ellas que en ningún caso han renunciado a la innovación tecnológica y han sabido conjugar su dilatada historia con la búsqueda de nuevas soluciones para mantenerse en la vanguardia del sector y satisfacer las necesidades del usuario más exigente.
Hitos en el mundo de la escritura como el lanzamiento, en el año 1928, de la pluma estilográfica modelo 100 de Pelikan, que incorporaba tecnologías absolutamente novedosas como la canalización de la tinta a prueba de borrones, la mirilla transparente para el control del nivel de tinta y, sobre todo, el mecanismo de llenado a émbolo diferencial, son buena prueba de esta afirmación.
Todo ello sin descuidar la elección materiales de primerísima calidad en plumines, cuerpos y demás componentes, ni renunciar a un cuidado diseño que oscila desde el clasicismo predominante en firmas como Graf von Faber-Castell o Waldmann al vanguardismo de propuestas como la encabezada por fabricantes como Lamy o Kaweco.