Estilográficas Japonesas
Si existe un lugar en el mundo donde tradición y modernidad se dan la mano en una conjunción perfecta, ése es, sin lugar a dudas, Japón. Un país que ha sabido unir a la perfección la ancestral maestría artesana del Extremo Oriente con los medios de producción y la innovación tecnológica propia de Occidente.
Entre otras muchas prácticas, su secular tradición en el arte de la caligrafía y el dibujo ha dado lugar a la creación de auténticas obras de arte que, con sus hermosos ideogramas y sus delicados motivos ornamentales inspirados en la naturaleza, a día de hoy siguen conmoviéndonos por su enorme originalidad e indescriptible belleza. A ello se une una inmensa pericia en el trabajo con materiales como la laca, las maderas nobles o el nácar, actividad en la que, como es bien sabido, Japón constituye todo un referente a nivel mundial. No es, pues, de extrañar, que con este impresionante sustrato el país del sol naciente sea en la actualidad una de las grandes potencias en la fabricación de plumas estilográficas.
Aunque, en general, nos encontramos ante compañías no tan veteranas como las de otras procedencias, caso de las consideradas “Tres Grandes” marcas japonesas de instrumentos de escritura: Sailor, que inició su andadura en 1911; Pilot, fundada en 1918; y, finalmente, Platinum, creada por Shunichi Nakata un año más tarde; esta relativa juventud no ha impedido que hayan sabido trasladar con gran tino la ya citada tradición artesanal de la cultura nipona a sus creaciones. Buena muestra de ello sería la incorporación, en el año 1925, de la centenaria técnica de lacado Maki-e por la firma Namiki, máximo exponente, aún hoy, en este sentido, con sus piezas realizadas totalmente a mano mediante laboriosos procesos que suponen meses de trabajo y hacen de cada pluma estilográfica una obra única.
Y todo ello sin renunciar a su espíritu innovador con la búsqueda, desde un primer momento, de soluciones tecnológicas novedosas como el sistema de carga “de manguera” o las que presentan plumín retráctil “Capless”, ideados por Pilot a mediados del siglo pasado.