2000
A mediados de los años 60 del siglo XX, Gerd Alfred Müller, un prestigioso diseñador adscrito a la corriente de la escuela Bauhaus que había cosechado importantes éxitos para la casa Braun como su máquina de afeitar S63 o el robot de cocina KM 3/31, era requerido por Manfred Lamy, hijo del fundador de la marca de instrumentos de escritura Lamy y director de marketing de la misma desde 1962, para sentar las bases de lo que habría de ser el futuro de la compañía en materia de diseño. El resultado de este encargo sería la estilográfica Lamy 2000, un revolucionario modelo que vería la luz en 1966, que cambiaría el mundo de su escritura y que, aún a día de hoy, está considerado como un auténtico icono del diseño.
La fórmula del éxito del modelo Lamy 2000 se asienta, al menos, en dos atributos fundamentales. Por un lado, su aspecto vanguardista, con un plumín semicarenado, un clip de acero macizo con resorte y un perfil de líneas simples que consigue reducir su silueta a sus formas esenciales y rebosa modernidad aunando con gran acierto funcionalidad y diseño. Por otra parte, sus novedosos materiales, entre los que el “makrolon”, una resina sintética del grupo de los policarbonatos que destaca por su enorme resistencia y su ligereza, ocupa un lugar preeminente. Una combinación de factores tremendamente afortunada que proporcionaría a la estilográfica Lamy 2000 un éxito sin precedentes y que, décadas después de su salida al mercado, todavía consigue impactar, por su innovadora imagen, a quienes contemplan este soberbio modelo que continúa comercializándose y que no debe faltar entre las posesiones de cualquier coleccionista de plumas estilográficas.