Pluma Estilográfica Pelikan Maki-e Renjishi
Pluma estilográfica de edición limitada y numerada con tan sólo 88 piezas producidas en todo el mundo, decorada a mano con la técnica japonesa de lacado maki-e, adornos en oro plaqué de 24 quilates, sistema de carga por émbolo integrado, plumín bicolor de oro macizo de 18 k. con detalles en rodio y cierre a rosca. Longitud con el capuchón montado: 17,2 cm. Peso: 34,1 gr.
Pelikan Maki-e Renjishi
Tradición y modernidad conviven en Japón como en ningún otro lugar del mundo. Un país que ha sabido conjugar con suma naturalidad sus profundas raíces culturales con la introducción de la tecnología más avanzada, costumbres milenarias con un audaz espíritu innovador, robótica de tintes futuristas con la más delicada artesanía en un ejercicio de convivencia armónica que constituye una de sus más extendidas y valoradas señas de identidad.
Este profundo respeto por la tradición explica la pervivencia hasta nuestros días del maki-e, una refinada técnica artesanal de lacado que ha sido utilizada durante siglos para el embellecimiento de los más variados objetos, desde muebles a vasijas, pasando por cajas, tinteros o, incluso, mangos de pincel.
Surgido en el período Heian (794-1185), una etapa de paz y prosperidad en la que la corte imperial fue trasladada a la ciudad de Kioto, este exquisito método ornamental estuvo reservado en un primer momento a las clases sociales más elevadas pero con el paso del tiempo su empleo acabaría extendiéndose al resto de la sociedad, que vio en él un excelente recurso para convertir sus bienes de uso corriente en auténticas obras de arte.
El término maki-e significa literalmente “imagen salpicada” y, como su propio nombre indica, consiste, a grandes rasgos, en el rociado de polvo de metales preciosos, generalmente oro o plata, sobre una superficie sobre la que previamente se han dibujado diferentes diseños con laca Urushi. Así, la primera fase de este complicado proceso consiste en pintar con laca y un fino pincel kebo los motivos ornamentales elegidos. A continuación, mientras la laca aún está húmeda, se espolvorea sobre ella el oro con un delgado tubo de madera denominado “makizutsu” de manera que éste quede adherido a ella. Finalmente, se procede al pulido de la pieza hasta rebajar el espesor de la capa pictórica a tan sólo 0,3 milímetros, un paso absolutamente crucial, pues de la habilidad y experiencia del artesano depende que el resultado final sea plenamente satisfactorio o bien la obra se eche a perder.
El aprendizaje de esta compleja técnica está al alcance de muy pocos y requiere numerosos años de práctica para adquirir la pericia necesaria y el dominio de las diferentes variantes que la componen, como el “Togidashi-Maki-e”, o pintura sobre la superficie húmeda con laca de color, y la “Taka-Maki-e”, en la que se obtienen impresionantes efectos de relieve añadiendo polvo de carbón vegetal junto al oro y la laca.
La prestigiosa compañía alemana Pelikan recupera esta delicada técnica pictórica en una excepcional serie encuadrada en su gama más exclusiva de productos: su colección de plumas estilográficas de edición limitada. En ella se parte del famoso modelo Souverän m1000, todo un referente para la marca que, una vez concluida su fabricación en Alemania, es enviado a Japón, donde se pone en manos de experimentados maestros artesanos para su revestimiento con bellísimos diseños que transforman estos extraordinarios instrumentos de escritura en obras de arte únicas.
La pluma estilográfica Pelikan Maki-e Renjishi, una espléndida pieza inspirada en el teatro Kabuki y una de sus obras más inmortales, la danza de los leones o “Renjishi”, constituye una inmejorable muestra de esta afirmación.
Nacido durante el período Edo (1603-1868), el teatro Kabuki es el más conocido estilo de teatro tradicional japonés. Su historia se remonta a 1603, cuando una sirviente del Gran Santuario Izumo, la miko Izumo no Okuni, comenzó a desarrollar una nueva forma de danza dramática en la que las intérpretes, todas ellas de sexo femenino, abordaban situaciones cómicas de la vida cotidiana. Tras numerosos avatares y penalidades, como el veto a la participación de las mujeres durante el shogunato de Ieyasu Tokugawa o su suspensión en momentos de confrontación bélica, el Kabuki, una extraordinaria conjunción de teatro, canto y danza, ha conseguido pervivir hasta nuestros días con altos índices de popularidad, llegando a ser reconocido, en 2005, como Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por parte de la UNESCO.
Una de sus obras más célebres es la danza de los leones o “Renjishi”, protagonizada por dos “Shishi” o leones guardianes de los templos, padre e hijo, que en cuatro actos o partes narran la preocupación del progenitor por la valía de su vástago y las pruebas a las que lo somete para saber si tiene las cualidades necesarias para ocupar su lugar cuando sea adulto.
Concretamente, en esta maravillosa estilográfica se representa el culmen de la obra, cuando el padre reconoce las virtudes de su hijo ya adulto y ambos emprenden una característica danza, el Keburi, en la que sus ricos ropajes y sus largas melenas revolotean en el escenario en un espectáculo visual ciertamente único.
En su hermoso capuchón, sobre un refulgente fondo dorado, se recorta la figura del padre, fácilmente reconocible por su imponente melena de color blanco, mientras henchido de felicidad muestra su orgullo por las muestras de valentía de su descendiente con un hipnótico baile de enérgicos pero elegantes movimientos.
Por su parte, en la sección del barril el protagonismo le corresponde al Shishi hijo, que con su extensa melena roja y su vistoso atuendo acompaña a su padre en la danza con un fiero gesto en el rostro que denota su indiscutible fuerza y valentía.
Más allá de esta impactante decoración pictórica, esta exquisita estilográfica cuenta con otros recursos ornamentales de indudable atractivo, como el emblema de la marca presente en el cabezal o los brillantes detalles en oro plaqué de 24 quilates que se encuentran distribuidos por diversos puntos de la pieza, como el clip con la forma inconfundible de pico de pelícano, los aros ubicados en la zona del culote y la boquilla, o el anillo doble del extremo inferior del capuchón con la leyenda “PELIKAN SOUVERÄN GERMANY” inscrita sobre su superficie.
Esta excepcional creación monta un no menos sobresaliente plumín de punto medio (M) elaborado en oro macizo de 18 quilates con una máscara de rodio que le confieren su característico acabado bicolor y una exquisita decoración grabada que incluye, entre otras cosas, el logotipo de la marca y unos estilizados motivos de entrelazos dobles que aportan un elegante aire barroco.
Su funcional sistema de carga es de émbolo integrado, está confeccionado con bronce de alta calidad y abastece a un amplio depósito de tinta con 1,35 ml. de capacidad.
Con una producción limitada a tan sólo 88 ejemplares en todo el mundo, nos hallamos ante el más exclusivo instrumento de escritura fabricado por la célebre firma alemana. Cada uno de ellos está numerado individualmente y firmado, con la técnica del maki-e, por el maestro artesano encargado de su decoración.
Se sirve en una delicada caja de regalo confeccionada en madera de paulonia con líneas muy puras y una bellísima ornamentación a base de artística caligrafía japonesa.
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