Vac
Muchas son las virtudes y cualidades que han dado fama a las plumas estilográficas de la marca taiwanesa TWSBI desde su arrolladora irrupción en el mercado hace ya unos cuantos lustros, pero si tuviésemos que quedarnos con una clave principal para explicar su incuestionable éxito ésta sería probablemente la de ofertar mecanismos de carga complejos y eficientes a precios realmente reducidos. Este es el caso de la colección TWSBI Vac.
Desde su primer modelo, la hoy desaparecida TWSBI 530, hasta su modelo de gama baja TWSBI Eco, pasando por las estilográficas de la línea Classic o por las múltiples variantes ofrecidas dentro de la colección Diamond, el sistema de carga elegido por los responsables de la marca fue siempre el de pistón o émbolo integrado, un mecanismo que supera al de cartuchos en capacidad de carga y que permite que la misma se realice a través de tinteros sin necesidad de convertidores o adaptadores.
Redundando en esta exitosa fórmula, TWSBI da una nueva vuelta de tuerca en su catálogo de productos con el lanzamiento de la colección Vac, una línea de estilográficas que potencia las cualidades anteriormente mencionadas con la inclusión de un eficaz sistema de carga inventado en las primeras décadas del siglo pasado, pero que, inexplicablemente, prácticamente había desaparecido del panorama de la escritura a mano y que ahora resurge mejorado: el sistema de llenado por vacío o "vacuum filler".
La colección Vac recupera este sistema de carga y lo incluye en una línea de productos dividida, actualmente, en dos variantes diferenciadas, básicamente, por su tamaño: el modelo Vac 700 R y el Vac Mini. El primero es la versión mejorada del conocido modelo Vac 700 y el segundo es una versión de bolsillo ideal para ser portada de un lugar a otro gracias a sus reducidas dimensiones. Ambas presentan una serie de notas comunes como la simplicidad de sus diseños, la frecuente utilización de resinas transparentes a la manera de las estilográficas conocidas como "demonstrator" en la elaboración de sus cuerpos y capuchones, su precio contenido y, por supuesto, su enorme autonomía gracias a la gran capacidad de sus depósitos de tinta, que en la práctica se corresponden con sus cuerpos.