Graf von Faber-Castell
En 1761, el artesano Kaspar Faber crea en la localidad alemana de Stein, una pequeña villa situada en el marquesado de Ansbach, en las inmediaciones de la ciudad imperial de Nuremberg, el germen de lo que a la postre acabaría por convertirse en uno de los más importantes productores mundiales de instrumentos de escritura: la marca Faber-Castell.
Dedicado en sus orígenes a la fabricación de lápices, el negocio de Faber iría floreciendo con el transcurso del tiempo, pasando de generación en generación de este clan familiar y ampliando sus metas desde el humilde taller inicial a la gran empresa que es hoy en día. Primero, con la compra de un terreno por parte del hijo de Kaspar, Anton Wilhelm, en el que emplazaría una fábrica cuyas instalaciones siguen siendo la matriz de la compañía. Más tarde, con la modernización de la planta, la adopción del nombre ”A. W. Faber” para la marca y la internacionalización de su producción a manos de Lothar, bisnieto del fundador. Ya a comienzos del siglo XX, bajo la dirección del conde Alexander zu Castell-Rüdenhausen, esposo de Ottilie von Faber, nieta de Lothar, se implementaría su famoso logotipo de los caballeros en justa y la marca cambiaría su nombre por el actual A. W. Faber-Castell. En 1950 comienza su producción de plumas estilográficas tras la compra de la empresa Osmia, diversificando aún más una producción que ya había incorporado en años anteriores la fabricación de lápices de colores, portaminas, bolígrafos e, incluso, estuches para lápices. Finalmente, en 1993 se produce una reestructuración de la corporación que, entre otras muchas cosas, da lugar al lanzamiento de la línea Graf von Faber-Castell, una serie de útiles de escritura de alta gama independiente de la matriz principal.
Resina preciosa, maderas nobles como el ébano, el granadillo o el pernambuco, provenientes de árboles de crecimiento lento con certificación ecológica que se traducen en un desarrollo sostenible y una materia prima caracterizada por su gran densidad, su dureza y su resistencia, y metales preciosos como el oro, la plata o el platino, propios de la más lujosa orfebrería, son utilizados con profusión en la realización de las plumas estilográficas Graf von Faber-Castell, un fabuloso repertorio de piezas de alta calidad cuyo diseño atemporal intenta recoger lo mejor del pasado y conjugarlo con la utilización de la más innovadora tecnología dando lugar a útiles extremadamente bellos y eficientes que se agrupan en la actualidad en estilográficas de edición limitada, ediciones especiales y las colecciones de edición regular Classic, Classic Anello, Guilloche, Intuition, Intuition Platino Madera y Tamitio. Un nuevo hito en la historia de una legendaria marca con más de 250 años de existencia que promete seguir cosechando éxitos y perpetuar el prestigio de una compañía puntera a nivel mundial.